En el InfoRedit queremos darle protagonismo a los expertos de los centros tecnológicos, contar quiénes están detrás de cada proyecto e idea innovadora.
¿Cuál es tu especialidad en ITC?
La simulación y modelización de procesos, tales como transformaciones fisicoquímicas, transferencia de materia, energía, cantidad de movimiento… además de procesos cognitivos, donde entramos ya en el campo de la inteligencia artificial.
- ¿Cuáles son los principales objetivos de tu trabajo?
El desarrollo de modelos matemáticos que predigan el comportamiento de la materia cuando esta se somete a diferentes procesos. Por ejemplo, cómo cambian las propiedades térmicas y mecánicas de una baldosa durante su cocción, cómo se distribuye el polvo en un molde en función de la forma en que vierte en él, o cómo se comporta un fluido en determinadas condiciones industriales.
También es un objetivo principal de mi trabajo el buscar la forma de transferir todo este conocimiento que se genera con los modelos a la industria, y ayudarles en su explotación.
- ¿Qué crees que aporta tu labor a las empresas clientes de ITC?
Principalmente les ayuda a comprender cómo funcionan internamente sus procesos de fabricación. En base a este conocimiento, con los modelos podemos predecir los resultados que se van a obtener y los puntos débiles del proceso en cuestión. Con ello es más fácil proponer acciones de mejora exitosas, ya que son previamente testeadas en los modelos. Al final la modelización no deja de ser una herramienta más que nos ayuda a nosotros y a las empresas a desarrollar el I+D con mayor seguridad.
Por otro lado, mi labor en el desarrollo de modelos matemáticos también les ayuda a introducir la automatización en su cadena de fabricación y al incremento de la calidad de sus productos.
- ¿Cuál es el proyecto más curioso que recuerdas?
Un proyecto con PortCastelló, en el que tuvimos que modelizar el campo de vientos en zonas con presencia de pantallas atrapapolvo dentro del área portuaria, todo para evaluar y minimizar la emisión de material particulado a la atmósfera durante la operativa portuaria. La experimentación a pie de campo y el estudio de la meteorología fue, efectivamente, curioso.
- Por el contrario, ¿cuál es el proyecto más complicado al que te has enfrentado?
Sin duda a la modelización del comportamiento mecánico de una baldosa durante su enfriamiento en un horno. Recuerdo que no había forma de que nos cuadrase el modelo con lo observado experimentalmente, hasta que nos dimos cuenta de un detalle por mera casualidad que lo cambió todo. Un claro caso de serendipia.
- Cuéntanos tu meta personal a nivel profesional.
No tengo una meta clara, pero si tuviera que quedarme con una, me gustaría seguir mejorando mis conocimientos en las distintas técnicas de simulación y modelización de procesos, y utilizar dichos conocimientos para incrementar la importancia de la simulación en la enseñanza y la industria. Unido a una buena experimentación, no conozco mejor combinación para impulsar con éxito el I+D.
- Por último, ¿qué destacarías de trabajar en un centro como ITC?
Destacaría la capacidad de generar ideas y proyectos innovadores, que pueden al final ser más o menos exitosos, pero que sin duda mantienen la maquinaria de la innovación en marcha y son en muchas ocasiones el germen de cambios revolucionarios en el sector. Trabajar en un centro que actúa como vínculo entre la universidad y la industria es muy estimulante.